domingo, 20 de noviembre de 2011

¿Sentirá a la culpa recorrer su sangre?
Sigue aparentando que posee la verdad,
sigue creándome un escenario de falsos actos,
yo prefiero, prefiero el dolor a la falsa ilusión.

Señor, te pido ayuda, compasión, mi corazón está mal,
navegando en seco, raspándome las entrañas,
no me sentiré bien haciéndole lo mismo, no,
no entiendo el porque, no entiendo que faltó,
¿fue la facilidad? ¿la edad?

No entiendo ni el motivo ni la razón de inventarlo,
ni tampoco el hecho mismo. Me siento inferior, muerta.
Ahora si que me siento muerta en vida.

Me arrebataron lo que me quedaba de confianza y seguridad,
había olvidado ya las sensación de temblores, de quejidos,
siento moscas en la garganta, quiero vomitar el dolor.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Luz sin sol

Los días ya no amanecen,
abrir los ojos y ver la oscuridad,
túnel de hallazgos vacíos, miseria,
miseria inevitable,
algunos preocupados de la imagen,
mientras a otros la muerte los acaricia lentamente.

40 metros hundidos, parecieran miles,
un sofoco incontrolable, piedad a gritos,
salen de su cuna para ser explotados, aplastados,
débiles en sus mayores fuerzas.

Arañan sin cesar las entrañas de la tierra,
14 horas mortales, a 40, ¡a 40!
marchas silenciosas que atisban a dolor,
ya ni siquiera se dan cuenta del olor,
no hubo forma de evitar que se pudrieran,
almas podridas, almas cansadas, vacías.

Tanta lucha tenaz y sin tregua,
hasta al más vivaz, lo volvía decrépito,
el espesor de las tinieblas enceguecían, hasta la piel,
poros abiertos de sangre sin oxígeno,
rostro moreno, bronceado sin sol.

Revivamos, manteneros alerta,
un día tenemos, al otro no,
no nos cubramos ni los ojos ni las orejas,
estamos inundados en acentos hondos, vibrantes,
dolientes vagidos, desagarrados,
aire puro necesitan, libertad, luz,
¿cómo dormimos teniendo a la muerte al lado?
Dejemos la sordera, la falsa ceguedad,
la miseria pide mas que piedad,
tendamos la mano, pero no sólo para recoger,
estimados, sino también para dar,
la muerte está a nuestra izquierda,
basta acortar distancia y te puede tocar.


Lectura creativa para trabajo de electivo humanista "lenguaje y sociedad", crónica "La compuerta numero 12" de Baldomero Lillo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

No puedo, no quiero, no debo

Me ahogo con mi propio aire, me ahoga cada respiro, mi sangre, mis lágrimas.
¿Dónde están los límites? ¿Dónde está la fuerza de la fe?
La esperanza ni siquiera rima con mis pensamientos, ni intenciones,
se ha vuelto a oscurecer, lo que está inundado de negro hace años,
oscuridad permanente, constante, se ha disfrazado de belleza.

No me engañan los gritos, ni la violencia,
la autoridad pierde respeto, si no respeta,
dejemos de engañarnos, el tiempo ha pasado,
no hay tardes tranquilas, caseras, completas,
no me hagan llevar tres mochilas más,
con la mía basta.

Ya he hecho mi propio camino, estoy cansada del peso extra,
hagámonos cargo de lo que a cada uno competa.
No escucharé, la inconsecuencia se apoderó de ustedes,
lo que se regala no se quita, devuelvan la sonrisa a mi vida.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Sus ojos no han dejado de sangrar

Atraviesa sus entrañas, su cerebro,
las puntadas no son sutiles,
y su ojo quedando a la deriva.

Ardor, ardor en su pecho,
fuerzas ya no hay, la presión es fuerte
le queda observar y seguir respirando,
inhala de forma compasiva, nublándose la vista,
la de ella, la mía, la nuestra.

Se ha quebrado su mandíbula a gritos,
se han fracturado los esquemas de su cuerpo,
pierde la melodía, pierde la melodía ya.

Está perdida, está corriendo,
en dos lugares a la vez, huye,
arrancando del mismo miedo,
y cae, y flota, y vuela, se detiene, e inhala.

Sé cuidadosa, sé precisa
somos esclavos de lo que hacemos,
somos esclavos de nuestras palabras,
no es tiempo de rendirse, querida...
los buenos tiempos están por venir.